miércoles, 7 de abril de 2010

De mujeres y hombres


En un primer momento me acordé de “La noche” de Antonio Soler, y de “El libro de las ilusiones” de Paul Auster, pero luego me di cuenta que los relatos de Patricia en realidad a quien me recuerdan es a Patricia. Que sus historias llevan su marca y estilo personal que los distingue del resto; como las piedras que llevan la marca de los canteros.
Los relatos de Patricia son historias de mujeres y hombres. Mujeres y hombres enfrentados, cada uno con su propia versión sobre el origen de un incendio. Del hombre que encuentra su salvación al tener cerca a una mujer sin miedo. De la mujer que comprendió qué cosa es el olvido cuando un hombre dejó de aparecer en la pantalla de su televisor. De la mujer llamada soledad, seducida y abandonada por un canalla. Del pasado con nombre de mujer. De la traición con rostro masculino. Del porvenir entre dos; de las llamadas de despedida; de las discusiones color fin del mundo; de las segundas oportunidades llamando inesperadamente a la puerta.
Hay en estos relatos de “Azul ruso” otros personajes y otras historias, números impares que acaban siempre en pares, siempre en uno frente a otro. Hay hermanas perfectas, hermosas y triunfadoras, traición y humillaciones que destapan la muerte. Hay superhéroes ridículos y un hombre capaz de asesinar aleteando sus pestañas. Pero todas están basadas en lo mismo: la relación, el vínculo que los une y separa. Las heridas del pasado, una nota de despedida, el futuro distinto cuando el dos se convierte en uno.
Hay otros escenarios y otras posibilidades, pero la marca que identifica a Patricia y la hace reconocible, especial y única, gira siempre alrededor de una mujer y un hombre. De esa relación. De un instante. Del antes, el durante y el después. Del antes de conocerse y unir su destino. Del durante y las desilusiones en el camino; de los errores y las ausencias del presente. Del después de irse; de las secuelas del pasado en el ahora y el futuro. Del momento de encontrarse; del porqué se conocieron en un autobús y se sentaron el uno junto al otro. De la historia y las lágrimas que se esconden tras una mancha en la cara y unas gafas de sol. Del reencuentro inesperado con una ex años después.
Patricia mezcla ficción y realidad, pero lo que realmente seduce no está en la ficción ni en sus chirriantes maullidos sino en ese monólogo con la ventana abierta, ese recuerdo en voz alta y por escrito. Lo que seduce de Patricia es que se convierte en testigo de algo que nos pasó inadvertido esta mañana en la cafetería, el sábado pasado en el parque de atracciones, que se esconde en la mirada triste de la cajera del supermercado; en el teléfono que suena en un piso vacío, en la sonrisa amarga del nuevo vecino.
Lo valioso de los relatos de Patricia está en las palabras que nos cuentan todas las combinaciones posibles entre el dos y el uno: sumas, quebrados, probabilidades y restas. Sus palabras exactas, emotivas, dolorosas y perfectas que nos hablan de mujeres y hombres.

Patricia Esteban Erlés. “Azul ruso”. Páginas de Espuma. Madrid, 2010

3 comentarios:

H e l e n a... dijo...

"Hay superhéroes ridículos y un hombre capaz de asesinar aleteando sus pestañas. Pero todas están basadas en lo mismo: la relación, el vínculo que los une y separa. Las heridas del pasado, una nota de despedida, el futuro distinto cuando el dos se convierte en uno."

Las relaciones, buen tema.
siempre sobran las palabras, miles de recuerdos y el corazon en la mano.
Me encanto.
Un abrazo.

JALOZA dijo...

A mí me gustó mucho Manderley en venta. Tras tu reseña se han agrandado las ganas de leer lo nuevo.

Deberías dedicarte a escribir, Luis. Lo haces tan bonito...

entrenomadas dijo...

Es un libro extraordinario. Lo abres y los personajes que lo habitan salen de las páginas, te rodean, te murmuran. Y eso pocas veces sucede con las historias, con los libros.

Un saludo,

Marta